La Gestión de Riesgos en la Protección Marítima
LA GESTIÓN DE RIESGOS EN LA PROTECCIÓN MARÍTIMA
Cuando hablamos de protección marítima nos referimos a las medidas de seguridad física, tecnológicas, operacionales y/o administrativas que se deben diseñar, implementar y mantener para dar tratamiento a las situaciones de riesgo que representan las amenazas relacionadas con el terrorismo marítimo, el lavado de activos y financiación del terrorismo, el tráfico ilícito de drogas, el contrabando de bienes, armas, municiones y explosivos, el robo de la carga, el sabotaje, el polizonaje, el robo a mano armada y la piratería marítima, entre otros.
Para dar tratamiento adecuado a esas situaciones de riesgo relacionadas con la protección marítima tenemos que conocernos y conocer la amenaza. El “conocernos” implica partir de un estudio de seguridad física (buque, instalación portuaria y sus buques atracados) para identificar capacidades y fortalezas, pero especialmente identificar las limitaciones y vulnerabilidades que facilitan la materialización a esas situaciones de riesgo y aquellas que nos impidan o dificulten darle un tratamiento adecuado si se llegan a materializar y poder recuperar la seguridad. Implica también conocer los antecedentes de situaciones de riesgo, sus consecuencias y cómo se les dio tratamiento. También sería apropiado conocer la experiencia del tratamiento de los riesgos en otros buques e instalaciones portuarias, pero no es fácil acceder a esta información por razones de confidencialidad. Cómo los buques e instalaciones portuarias no son solamente bienes e infraestructuras estáticas, sino que en su dinámica operacional se desarrollan actividades, procedimientos y procesos en donde interactúan muchas partes interesadas, es importante también conocerlos y valorarlos desde la perspectiva de riesgos.
El “conocer la amenaza” implica conocer al enemigo, es decir, conocer sus capacidades, fortalezas, limitaciones, modus operandi, intensiones e intereses. Información que no es fácil de conseguir, dado que la razón de ser de la naviera y la instalación portuaria no es el de un organismo de inteligencia sino cumplir con su objeto social para generar rentabilidad a sus socios y accionistas. Muchas veces la información con que contamos es la que nos ofrecen los medios de comunicación dado que la autoridad considera esta información confidencial o hace parte de la reserva de sumario en investigaciones judiciales. Qué bueno sería contar con al menos una pequeña parte de esa información que nos sirva para alimentar esos análisis de riesgos, así las cosas, se benefician los buenos y se les dificulta el accionar de los bandidos. Esa amenaza puede estar infiltrada en cualquier parte de la cadena de suministro y hacer parte de cualquier parte interesada, ello hace que la gestión de riesgos sea aún más difícil dado que en algunos casos convivimos y trabajamos con el enemigo.
La metodología para la evaluación de protección establecida en el Código Internacional para la Protección de los Buques e Instalaciones Portuaria es una buena aproximación de la gestión de riesgos operacionales, pero es imprescindible complementar con otras técnicas de análisis de riesgo para tener el panorama completo y poder dar el tratamiento adecuado a los riesgos valorados. Lo importante de la gestión de riesgos es que aprendemos de ellos cuando profundizamos en el análisis, no cuando simplemente presentamos una tabla de Excel.